¿Qué hace que un queso sea tan especial que te haga sentir como si estuvieras respirando el aire de los Alpes?
Introducción al queso Silva
El queso Silva es una auténtica joya de la quesería Eggemoa, situada en los Alpes italianos, en la provincia de Bolzano, región de Trentino-Alto Adigio. La pasión de Michael Steiner y su familia por la naturaleza y la tradición han dado origen a un queso que es un verdadero tesoro.
Características del queso Silva
El queso Silva se elabora con leche cruda de vaca Parda Suiza, que es especialmente adecuada para la fabricación de queso por su composición proteica y su mayor contenido en grasa. La leche se procesa a 38 grados en la cuba del queso, lo que da como resultado un queso con una textura suave y cremosa.
La maduración del queso Silva dura aproximadamente 6 semanas, durante las cuales la corteza se cepilla y se lava diariamente con agua y sal. Esto le confiere un perfil olfativo y aromático muy característico, con olores a leche hervida, maleza y perfumes balsámicos de resina típicos de los bosques de montaña.
La corteza del queso Silva tiene un color ocre rojizo y una forma cilíndrica irregular, con un peso aproximado de 300g. La pasta es de color amarillo pálido, con ojos de tamaño irregular y distribuidos de forma desigual.
Sabor y textura
El sabor del queso Silva es complejo y atractivo, con notas de leche cocida, madera y resina. La textura es suave al tacto, deformable y ligeramente untuosa. La sensación de acidez es baja y no hay amargor.
Vinos de maridaje
El queso Silva se acompaña perfectamente con una cerveza de estilo Pale Ale, que amplifica los aromas balsámicos del queso y lo equilibra con una nota salada. También se puede disfrutar con un buen pan negro, jamón ahumado y verduras crujientes o en una fondue de queso.
Orígenes
El queso Silva es originario de Italia, específicamente de la región de Trentino-Alto Adigio. La quesería Eggemoa se encuentra en la localidad de Selva dei Molini (Mühlwald en alemán), en los Alpes italianos.
La historia de la quesería Eggemoa comenzó en 2001, cuando Irmgard y Gebhard Steiner decidieron transformar la leche de sus vacas en queso. Michael Steiner, hijo de los fundadores, se unió al negocio y trajo consigo nuevas ideas y técnicas que han llevado a la quesería al éxito.