¿Sabes qué es lo que hace que un queso sea verdaderamente especial? ¡Vamos a descubrirlo juntos!
Introducción al queso CastroCastillo
El queso CastroCastillo es un queso artesanal elaborado en la región de León, en la comunidad autónoma de Castilla y León, España. Su nombre se debe al primer asentamiento de la villa, un castro de la Edad del Hierro que dominaba los prados de la zona y las riberas del río Esla.
Composición y elaboración
Este queso se elabora con leche cruda de oveja, cabra y vaca, proveniente de una pequeña granja familiar cercana. La proporción de las tres leches varía según la disponibilidad estacional del rebaño. La leche se cuaja a muy baja temperatura, lo que ralentiza la acidificación. La masa se corta en grumos grandes y se somete a un proceso de sucesivos braceados, reposos en fondo de cuba y remontados durante tres horas. Luego, se desuera y se rompe a mano, se llena en moldes de fondo abierto y se autoprensa con su propio peso.
Maduración y aspecto
Después de un día, se sala manualmente por todas sus caras y se traslada a una cava de maduración natural durante un período mínimo de 90 días. La corteza es delgada y algo rugosa, con manchas blancas, grisáceas, amarillas e incluso rojas, similar a la cáscara de una naranja. La pasta es semidura, brillante y de color blanco, con ojos irregularmente repartidos y de pequeño tamaño. La textura es compleja y muy peculiar, inicialmente granulosa y posteriormente grasa y mantecosa.
Sabor y aromas
El queso CastroCastillo tiene un sabor elegante y rotundo, que predomina la dulzura de la leche de oveja y vaca, con un cierto toque final de picor aportado por la leche de cabra. Es poco ácido y recuerda a notas de hongos y cebolla confitada, con un retrogusto a frutos secos y flores silvestres.
Vinos de maridaje
El queso CastroCastillo se acompaña especialmente con vinos blancos aromáticos y de buena acidez, como un Godello de la tierra o una cerveza tostada y de alta fermentación.
Información adicional
El queso CastroCastillo se comercializa en formato rectangular con un peso de 3 kg. Es ideal para rallarse en crudo sobre pastas o sopas, hacer untuosas croquetas o cortar en dados sobre ensaladas.
Ahora que conoces un poco más sobre este queso artesanal, ¿te animas a probarlo?