El misterioso queso Callisto: ¿Cuál es el secreto detrás de su sabor intenso?
Una delicia culinaria producto de la creatividad y dedicación de Sarah Marcus y Jim Hoffman, propietarios de Briar Rose Creamery, ubicada en el corazón de la región vitivinícola de Oregon. ¿Pero qué hace que el Callisto sea un queso tan especial?
Orígenes del Callisto
El Callisto es un queso de leche pasteurizada de vaca, producido en Oregon, EE. UU. Se elabora a mano utilizando leche de vacas Ayrshire y Guernsey, lo que le da un sabor único y aromático. La corteza lavada y el tipo de leche utilizada le dan un sabor intenso y cremoso.
Características del Callisto
El Callisto es un queso semi-duro con una corteza lavada de color rosado y un interior denso y elástico. La pasta es de un color amarillo pajizo intenso y tiene un sabor muy cremoso.
La textura es suave y elástica, lo que la hace perfecta para disfrutarla sola o como parte de una tabla de quesos. El sabor es intenso, con notas de semillas de girasol tostadas, piel de cacahuete, setas shiitake y verduras de invierno. Casi al final, un toque ligeramente picante.
Vinos de maridaje perfectos para el Callisto
¿Qué vino combina perfectamente con el Callisto? ¡La respuesta es un vino tinto de la región! La complejidad del queso se complementa a la perfección con un vino que tenga un buen balance de acidez y taninos.
Denominación de origen y características nutricionales
El Callisto es un queso estadounidense producido en Oregon, y no cuenta con una denominación de origen específica. La cantidad de materia grasa es moderada, lo que lo hace apto para aquellos que buscan un queso cremoso sin excederse en calorías.
La historia detrás del nombre del Callisto
El nombre del Callisto proviene de la mitología griega y romana. Callisto era una ninfa de caza cercana a la diosa Artemisa/Diana y se asociaba con la luna. Su nombre significa «la más hermosa». Dependiendo del narrador, Zeus, Hera o Artemisa transformaron a Callisto en un gran oso cuando Zeus la embarazó.
¿Cómo disfrutar del Callisto?
Para disfrutar del Callisto en todo su esplendor, se recomienda consumirlo a temperatura ambiente. Puede disfrutarse solo o acompañado de un buen pan crujiente, frutas y nueces. También es perfecto para sopas y ensaladas. Derrite con facilidad, lo que lo hace ideal para elaborar salsas de queso o gratinar sobre pan.
La forma cuadrada única del Callisto lo hace muy atractivo en cualquier tabla de quesos. ¡Experimenta con diferentes combinaciones y descubre la riqueza de sabores del Callisto!