¿Qué hace que un queso sea verdaderamente especial? ¿Es su sabor único, su textura suave o su forma inusual?
Barbeillon: Un queso francés de cabra
El Barbeillon es un queso artesanal francés que proviene del Valle del Loira. Lleva el nombre de su creadora, la señora Barbeillon. Este queso es conocido por su forma inusual, similar a un higo, y su peso aproximado de 225g.
El Barbeillon se elabora con leche cruda de cabra y tiene una corteza natural cubierta de moho y ceniza comestible. La pasta es suave y flexible, con un sabor lechoso caprino, complejo, robusto, dulce y ligeramente picante en la parte líquida junto a la corteza.
Este queso es ideal para tablas de queso o en cocina para gratinados. Marida perfectamente con vinos blancos agradablemente ácidos y frescos.
Mar Del Plata: Un queso argentino de mediana humedad
¿Has oído hablar del queso Mar Del Plata de Argentina? Este queso es muy común en las pampas argentinas y es un queso de mediana humedad o pasta semidura, semigraso.
Se elabora con leche parcialmente descremada, acidificada por cultivo de bacterias lácticas y coagulada por cuajo y/o enzimas específicas. La pasta es blanco-amarillenta y uniforme, con ojos de 1 a 5 mm dispersos. El sabor es dulce, ligeramente picante, agradable y bien desarrollado.
El aroma de este queso es dulce, suave, limpio y agradable. La textura es compacta, firme y elástica. La corteza es lisa y consistente. Este queso se comercializa en pequeñas hormas de 1.5 kg.
El queso Mar Del Plata es ideal para hacer postres argentinísimos, como el postre vigilante, combinándolo con dulces como membrillo o batatas. Marida perfectamente con vinos como Pedro Giménez, Cabernet, Malbec o Merlot.